sábado, 14 de diciembre de 2013

PECIOS TEXTOLÓGICOS


PECIOS TEXTOLÓGICOS

Luciano se definió a sí mismo en El pescador en estos términos:

Odio a los impostores, pícaros, embusteros y soberbios y a toda la raza de los malvados, que son innumerables, como sabes... Pero conozco también a la perfección el arte contrario a éste, o sea, el que tiene por móvil el amor: amo la belleza, la verdad, la sencillez y cuanto merece ser amado. Sin embargo, hacia muy pocos debo poner en práctica tal arte, mientras que debo ejercer para con muchos el opuesto. Corro así el riesgo de ir olvidando uno por falta de ejercicio y de ir conociendo demasiado bien el otro.


OTRO POCO DE LUCIANO:
"Concluí por no reprocharles mucho por todas las mentiras que encontré al leerlos, viendo que eso ya es algo habitual incluso entre los que prometen filosofar. Pero me extraña en ellos lo de que hubieran pensado que pasaría inadvertido que no escribían la verdad. Por lo que también yo, empeñándome por vanagloria en dejar algo a los venideros, para no ser el único desheredado con libertad para contar mentiras, puesto que nada verdadero tenía para contar –porque nada digno de mención me ha ocurrido–, me he dedicado a la ficción de un modo mucho más descarado que los demás. Y en una sola cosa seré veraz: en decir que miento.
Me parece que así escaparé a la acusación de los demás, al reconocer yo mismo que no cuento nada verdadero. Escribo, por tanto, acerca de lo que ni vi, ni comprobé, ni supe por otros y, es más, acerca de lo que no existe en absoluto ni tiene fundamento para existir. Por lo tanto, los que me lean no deben creerme en absoluto."
Luciano de Samósata, Historia Verdadera, I, 4.



NUEVAS REFLEXIONES SOBRE EL 8 DE MARZO

Este 8 de marzo solo unos miles de personas se han manifestado a lo largo del territorio, la mayor parte de ellas son, de una u otra manera funcionarios o subvencionados del Estado, pero, si somos realistas hay que reconocer que ni siquiera la totalidad de los y las paniaguados del Estado feminista han salido a la calle. Puesto que la mayor parte de ellos actúa por dinero es lógico que no hagan “horas extras” sin cobrar.
La ortodoxia sexista funciona, sencillamente, por la masa de dinero que inocula el Estado a sus organizaciones y sus estructuras que dimanan directamente de él, muy poco o nada hay de gratuito, voluntario o militante en su acción, por eso cada vez más mujeres reniegan de estos actos institucionales y rituales que nada tienen que ver con la libertad.
Recojo dos ejemplos publicados en los últimos días: la reflexión de Elena Díez de la Cortina y la de Charo Hernández Catalán.

Elena dijo en facebook, y suscitó polémica, claro:
“NO CELEBRO EL 8 DE MARZO. Y os aseguro que soy mujer todos los días, incluso hoy.
NO CELEBRO el trabajo asalariado, bajo control y mordida estatal.
NO CELEBRO tener que trabajar. Menos aún tener doble jornada, dentro y fuera.
NO CELEBRO que la dignidad se mida €n cifra$ barrada$.
Me niego a celebrar que mi valía se cifre en productividad mercantilista.
No celebro no sé qué liberación femenina en estos tiempos de TIRANÍA absoluta, cuando la razón fuerte de tal artimaña no fue otra que enrolarnos en las maquinarias del poder capitalista (¿No fue patrocinada la "liberación femenina" por los rockefeller de turno?).
No celebro que el Estado (nunca electo) tenga más potestad que yo sobre mis hijos.
Que la escolarización obligatoria de nuestros niños en centros de adoctrinamiento entorpezca fieramente la transmisión amorosa y libre de otras maneras de vivir.
No celebro el feminismo contrarevolucionario de paternalismo estatal ni sus falsos cantos de sirena.
No celebro las leyes de violencia de género actuales, que separan a los iguales, hombres y mujeres, induciéndolos a una guerra estúpida de géneros que impide que visualicemos al verdadero Leviatán.

Así que, por favor, no me pongáis florecitas ni corazoncitos en el FB.
Prefiero las de verdad, bien arraigadas en tierra.”



Iván ILLICH
Ya son manifiestos los síntomas de una crisis planetaria progresivamente acelerada. Por todos lados
se ha buscado el porqué. Anticipo, por mi parte, la siguiente explicación:
la crisis se arraiga en el fracaso de la empresa moderna, a saber, la sustitución del hombre por la máquina. El gran proyecto se ha metamorfoseado en un implacable proceso de servidumbre para el productor, y de intoxicación para el consumidor.
El señorío del hombre sobre la herramienta fue reemplazado por el señorío de la herramienta sobre el hombre. Es aquí donde es preciso saber reconocer el fracaso. Hace ya un centenar de años que
tratamos de hacer trabajar a la máquina para el hombre y de educar al hombre para servir a la máquina. Ahora se descubre que la máquina no ‘marcha’, y que el hombre no podría conformarse a sus exigencias, convirtiéndose de por vida en su servidor. Durante un siglo, la humanidad se entregó a una experiencia fundada en la siguiente hipótesis: la herramienta puede sustituir al esclavo. Ahora bien, se ha puesto de manifiesto que, aplicada a estos propósitos, es la herramienta la que hace al hombre su esclavo.
IVÁN ILLICH, CONVIVENCIALIDAD



No somos capaces de concebir más que sistemas de
hiper-instrumentalización para los hábitos sociales, adaptados a la lógica de la producción en masa. Casi hemos perdido la capacidad de soñar un mundo en donde la palabra se tome y se comparta, en donde nadie pueda limitar la creatividad del prójimo, en donde cada uno pueda cambiar la vida.”
IVÁN ILLICH


LAFARGUE
«Trabajad, trabajad noche y día; trabajando, vosotros aumentáis vuestra miseria, y vuestra miseria nos ahorra tener que imponeros el trabajo por la fuerza de las leyes. La imposición legal del trabajo es demasiado penosa, exige demasiada violencia y hace demasiado ruido; el hambre, por el contrario, es no solamente una presión pacífica, silenciosa, incesante, sino que, siendo el móvil más natural del trabajo y de la industria,
provoca también los esfuerzos más potentes.»
Trabajad, trabajad, proletarios, para aumentar la fortuna social y vuestras miserias individuales; trabajad, trabajad para que, haciéndoos cada vez más pobres, tengáis más razón de trabajar y de ser miserables.
LAFARGUE, REFUTACIÓN DEL TRABAJO.


ANTROPOLOGÍA DE LA CRIANZA
El enemigo no es la maternidad.
Desde el siglo XX aproximadamente, la maternidad ha sido vista como un tope para el desarrollo profesional/laboral de las mujeres, o al menos un camino que no cruza entre la maternidad y el trabajo. Se habló de equiparar derechos, de aumentar la cuota de mujeres en el trabajo, pero nunca se hablo de valorar el potencial reproductor del mundo social que cae en manos, casi siempre y unilateralmente, de esas mismas mujeres. El discurso fue claro, quedarse en casa es malo, retrogrado, poco liberal y sumiso. Las instituciones respondieron generando toda una batería de dispositivos para criar niños ajenos de mujeres que se desarrollaban laboralmente, estigmatizando su maternidad, respondiendo a las voces que critican el modelo "antiguo". La sagrada díada madre-hijo(a) había sido corrompida. Estos mensajes, estás criticas, que venían muchas veces de otras mujeres, generan la crisis de nacimientos en la actualidad, el mundo envejece y no se renueva a la velocidad de antaño, cada vez es más complejo decidir tener hijos e hijas, siempre lo económico prima para tomar la decisión, cualquier decisión. Lo que me molesta, no es que haya mujeres trabajando, sino que se equivocaron de enemigo, no es la maternidad la que nos pone en desventaja, sino un sistema desigual, pensado para hombres que no se hacen cargo emocional, afectiva y físicamente de sus hijos (una vez más es un tema económico) generando maternidades duras de vivir, complejas y culposas, lo cual sólo ayuda a seguir con el modelo actual en el que vivimos, en dónde la independencia es el valor trascendental y su medio para conseguirlo es el desapego y la exaltación de lo económico como medio para la movilidad social e incluso para el futuro bienestar de ese hijo e hija. Aquello me molesta profundamente, nos equivocamos de enemigo, porque las mujeres siempre han trabajado y criado hijos e hijas simultáneamente, el mundo, en ese entonces, no era un mundo más benevolente con aquellas que cumplían una gran labor, sino que los valores e ideales estaban puestos en generar nuevos individuos, sanos, competentes, respetuosos de las tradiciones, con convicción, capaces de sobrevivir y construir nuevas familias, de generar recursos, de nombrar lo indescriptible, de descubrir y generar conocimiento, y eso se logró incluyendo al nuevo ser en el mundo de la madre, algo que en la actualidad es cada día más difícil y más reprochado.



martes, 3 de diciembre de 2013

ETNOPEDIATRÍA. LACTANCIA MATERNA

ASÍ TRABAJAN LOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL PROYECTO INTEGRADO:

PRIMER TRIMESTRE: ETNOPEDIATRÍA. ¡TÓMATE LA LECHE A PECHO, ALCALÁCTEA REAL!